El buen funcionamiento de cualquier programa de inmunizaciones tiene su fundamento en el estricto cumplimiento de la llamada red de frío. Está constituida por una complicada red, que no puede fallar en ninguno de sus puntos, ni siquiera de forma transitoria, y que realmente funcionan como eslabones, de ahí que este término sea utilizado de forma internacional. La minuciosidad de la red de frío aportará la eficacia necesaria a todo programa de vacunaciones.
Se denomina “red de frío” al complejo sistema de conservación, manejo, transporte y distribución de las vacunas que asegura su conservación en condiciones adecuadas de luz y temperatura, garantizando su inmunogenicidad, desde la salida del laboratorio fabricante hasta su administración al paciente.
En general, la red de frío está compuesta por tres niveles de intervención: el laboratorio fabricante, los centros provinciales de recepción y los puntos de vacunación. Todos ellos están estrechamente relacionados entre sí y permanecen conectados mediante los sistemas de transporte.
En la red de frío participan varios elementos, todos ellos fundamentales. En primer lugar están las personas que manipulan las vacunas y los sanitarios que las administran. Además, también hay que contar con el material que sirve para almacenar las vacunas y para trasladarlas de uno a otro punto.
Se divide en dos partes complementarias: la cadena fija, que está representada por el frigorífico, y la cadena móvil, constituida por los contenedores o neveras portátiles.
Es un elemento material totalmente indispensable para mantener las vacunas, y por ello merece que se le preste toda la atención posible. Para que funcione correctamente debe estar colocado en un lugar adecuado, resguardado de toda fuente de calor, separado unos 15 cm de distancia respecto a la pared trasera, para permitir que el calor se disperse, e instalado sobre una base debidamente nivelada. Deberá disponer de sistemas de alarma y generadores eléctricos de emergencia, que se activan en el supuesto de una desconexión accidental.
Todo este material facilita el transporte de las vacunas hasta el lugar de administración. Además es muy útil para mantener la cadena de frío en caso de avería o de corte eléctrico.